Lorenzo y Catalina

Trabajando con Claudia y Naryis sobre las fiestas más importantes que se celebran en las diferentes culturas, a Claudia le surgió la duda de por qué al Sol se le llama Lorenzo y a la Luna, Catalina.

Nos pusimos a investigar, pero no dábamos con una buena teoría.

Creo que esta es bastante aceptable. Ya me comentaréis que os parece chicas.

El Sol se llama Lorenzo

En el solsticio estival, en torno a la fiesta de San Juan, la duración del día es máxima y deberá coincidir esta fecha con el momento de más calor. Sin embargo ocurre que, al recibir la radiación solar, el suelo se calienta en tal medida que no consigue desprender la suficiente energía calorífera en las cortas noches estivales. De esta manera, el calor proveniente del Sol se suma con el que desprende por convección la corteza terrestre, incrementando el bochorno de verano, hasta que la duración del día disminuya lo suficiente y neutraliza así la conjunción de ambos fenómenos. Esto ocurre en nuestras latitudes en torno al 10 de Agosto, cuando el santoral celebra la fiesta de San Lorenzo; y de ahí el dicho tan conocido de que “El día de San Lorenzo es el de más calor del año

Otra de las explicaciones, un poco menos agradable, es la siguiente:

Como todo fiel cristiano sabe, por lo menos los 
fieles cristianos de antes :-), el mártir San Lorenzo fue
tostado en una parrilla hasta la muerte, por no sé 
qué emperador romano. Esto debió suceder un diez
de agosto, fecha en la que el sol apretaba de lo
lindo, y fecha que lleva la fama, en parte también
por relacionarla con el martirio del santo, por ser
la más calurosa del año por estos lares.

En fin, el sol, el calor, el martir Lorenzo y la
parrilla están bastante unidos en la imaginería 
popular y de ahí viene lo de que al sol se le 
llame Lorenzo. En cuanto a lo de que Lorenzo es un
nombre vulgar, supongo que irá en gustos.

Por su parte, a la martir Santa Catalina, le 
arrancaron
sus carnes con una rueda dentada, que algunos 
representan
en forma de media luna, y de esta forma, acompañada
del instrumento de su martirio, en no pocas 
ocasiones
hecho de plata o incluso de oro, ha aparecido 
representada en la imaginería de todos los tiempos.
Santa Catalina unida a una media luna de plata.

De ahí que al sol le llaman Lorenzo, y a la luna, 
Catalina...

A cada tiempo sus dioses. 

María del Carmen Ugarte